Contra el Viento del Norte - Daniel Glattauer

Hola bloggers:

Después de estar ausente nosecuantosdias ¡volví! Si, los estúpidos virus que andan por ahí no pudieron con migo ¡Tomen eso virus! ¿Saben lo peor de todo? ME PINCHARON CON DIFERENTES AGUJAS CINCO VECES! No me encontraban la p*** vena. :( No malentiendan, no les tengo miedo, pero… ¡cinco veces!

 Y ahora que no estoy siendo permanentemente vigilada por mis padres o cualquier otro familiar, puedo tomar un respiro de tanta tableta y remedio (mentira, igual tengo que tomarlos)  para traer una reseña que si no la escribía hoy, la cabeza me iba a explotar.

¡Si me vieran! Todavía me tiemblan las manos y tengo la tonta sonrisa en mi boca. No sé cómo ordenare tooodo lo que se mueve en mi cabeza, pero tratare de reorganizar. Es que, ¡PERO QUE LIBRAZO! (si, con mayúsculas, igual que Emmi), y tengo miedo, si miedo, de leer la continuación. Pero, pf, ahora esta es mi prioridad, este magnífico libro con sus correos y todo.

 Contra el viento del norteà Daniel Glattauer

En la vida diaria ¿hay lugar más seguro para los deseos secretos que el mundo virtual? Leo Leike recibe mensajes por error de una desconocida llamada Emmi. Como es educado, le contesta y como él la atrae, ella escribe de nuevo. Así, poco a poco, se entabla un diálogo en el que no hay marcha atrás. Parece sólo una cuestión de tiempo que se conozcan en persona, pero la idea los altera tan profundamente que prefieren posponer el encuentro. ¿Sobrevivirán las emociones enviadas, recibidas y guardadas un encuentro <<real>>.

Erase una vez… una vivaracha mujer llamada Emmi Rothner que deseaba cancelar la suscripción a la revista Like, pero por un ligero desliz donde se le escurre una <<e>>   al escribir rápido; envía el correo a Leo Leike.                                                                                              
Leo Leike,  un psicólogo de lenguaje, le responde a esta desconocida explicándole que ese es su correo personal.                                              
Nueve meses después, Leo recibe un mensaje colectivo de Emmi deseando Feliz navidad y un prospero año nuevo.                                
Poco apoco comienza este dialogo de correos van, correos vienen. Pero… el famoso “pero”; encontrarse significa perder la “magia”. La idea los altera tanto que lo posponen y lo posponen.  ¿Serán capaces de no dejarse llevar por los sentimientos? ¿Cuándo dejara de ser un juego y se tornara en algo más?

Después de tantísima reseña bloggeril de este libro es como para pensar ¿no? Y aprovechando que me estaba regaloneando y tenía dinero por lo que me hice de él.

Hasta unos días comencé, era de mañana, estaba acostada en mi cama, con termómetro en la axila y repleta de jarabes y pastillas; empecé a leerlo. Hojas y hojas pasaban, cada vez aumentaba la cantidad de paginas leídas, y comencé a darme cuenta que la luz se apagaba ¡SE ESTABA HACIENDO DE NOCHE! ¡Había pasado casi todo el día leyéndolo!                

Queridos Emmi y Leo: ¡Pero qué historia han creado!

Es una novela completamente fresca, divertidísima, original en comparación a lo que estamos acostumbrados –mis disculpas vampiros/sexys y hombres lobos/sexys-, es amena, adictiva, espontánea… ¿Les quedo claro?                  
Se lee en... puf, ¡ya se leyó! -¿captaron? ¿He? ¿he?-. Sigo en éxtasis, es una historia tan sencilla, pero tan magnífica y única que no se deja pasar así –chasquido- como así.
Glattauer ha renovado el género epistolar, ya no es “la carta”, ahora son “los correos electrónicos”, y eso le da un toque original y nuevo que atrae muchísimo.

Los personajes los ame. La mezcla de una mujer un tantito loca y “felizmente casada” con un hombre aparentemente serio es perfecta. Corazón y razón. ¡Perfecto!

Incontables las veces que me sacaron sonrisas y pequeños gritos de emoción. ¡Parecía loca! La gente del tren -una de mis salidas al hospital- me miraba raro, especialmente una viejita.

Escríbeme, Emmi. Escribir es como besar, pero sin labios. Escribir es besar con la mente. Emmi, Emmi, Emmi.

Ame desde el sarcasmo de Emmi, hasta los correos pasados de copa de Leo. Eran reales. Dos personas que por un error se van conociendo y encuentran en el otro un medio de escape de sus vidas. Y el cómo los vamos conociendo a través de sus emails es único.

Los diálogos no eran forzados, no parecía que el autor tuvo un momento de “uf,-no-se-que-mas-escribir”. Como dije, eran reales. 

Email, email, emails. Comenzamos con emails tímidos, correctos, sin ningún deje de sentimiento o exclamación, pero a medida que avanzan las páginas somos testigos de una pequeña llamita que se va prendiendo poco a poco. La confianza se va ganando y ¡PUF! Ya no son <<simples>> desconocidos que se envían <<simples>> emails.

Lo último  que puedo decir es que

Necesito Cada siete olas. YA 

Besos :P